Ya no saben qué hacer. Ahora, tras la frustración de la Fiscalía, la Agencia Tributaria reclama información al rey Juan Carlos acerca de quién ha costeado sus cacerías y viajes. Después, a filtrarlo a la prensa. Hablan de incremento de patrimonio no justificado. El origen está bastante claro. Desde luego, no creo que la Agencia haya patinado y lo considere retribuciones en especie. No parece que a estas alturas el emérito se haya contratado de ejecutivo en alguna empresa.  Todo indica que son regalos. Por lo que, en todo caso, el impuesto a aplicar sería el de sucesiones y donaciones. Este tributo es competencia de las Autonomías y la Agencia Tributaria pinta poco.  Por cierto, que, si gravásemos al Gobierno -comenzando por su presidente- y a otros muchos altos cargos las retribuciones en especie, no tendrían dinero para pagar al Fisco.