El Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), ese engendro que se inventó Zapatero y que agrupa a las 18 mayores empresas españolas, ha presentado un plan para crear 2,18 millones de empleos de aquí al 2018. La imaginación es libre. Para ello, propone un ajuste fiscal adicional de 30.000 millones de euros que se centre más en la reducción del gasto que en el aumento de los ingresos –dejando recaer el esfuerzo fiscal en los impuestos indirectos en lugar de en el IRPF–, mayor flexibilidad laboral para el traslado geográfico, rebajas fiscales, la implantación “más acelerada” de la reforma del sistema de pensiones, un plan de privatizaciones para recaudar 35.000 millones de euros, y algunas otras lindezas por el estilo. Los empleos no se crearán, pero lo que es seguro es que el excedente empresarial se incrementará.