El secretario general del PSOE, para contentar al PSC y salir del atolladero en que está inmerso su partido respecto al tema catalán, va voceando la reforma constitucional. Hay un cierto oportunismo en este planteamiento. Lo propone tan solo porque sabe que el PP no lo va a aceptar. Es consciente de que en este momento falta el necesario consenso para llevar a buen puerto tamaña tarea. El tema territorial dividiría hasta su propio partido.